Just another WordPress.com site

Archivo de Autor


Leonard


AGRADABLE SORPRESA


PHIL COLLINS

 




LEONARD COHEN


BOB DYLAN

 


Observo como pasa el tiempo
frente al televisor
rancio, sin contenido
detrás de un montón de reflejos
perdidos
arena dura en tiempos de amor,
besos desesperados,
bellas canciones
de Pablo Guerrero.

Siempre me gustó por cierto
tu sonrisa
nunca olvidaré la magia de tus ojos
yo era un poco lento
y tu ibas tan deprisa
delicados besos
de tus labios rojos

La radio salta
y dan las siete en el despertador.
mayo
viene con flores,
junio con nuevos colores.

Café con leche
y tu llamada en el contestador.
como una melodía
llega tu voz a mi alcoba
vacía.

Siempre me gustó
por cierto tu mirada.
nunca olvidaré
el sabor de aquél aviso.
yo era un poco torpe
y tu ibas tan lanzada
que me dabas miedo
y te pedí permiso.

Febrero sale por la puerta
sin decir ni adiós.
marzo
vendrá lluvioso,
abril soleado y celoso.

La tierra es una mandarina
y un pomelo el sol.
tu eres mi caracola,
una caricia en la orilla.

Siempre me gustó
por cierto tu sonrisa.
nunca olvidaré
el perfume de tu pelo.
yo era un poco niño
y tu eras tan chiquilla.
yo te hablé de amor
y me llevaste al cielo.


ivan ferreiro

Desde aquí, desde mi casa
veo la playa vacía
ya lo estaba hace unos días
ahora está llena de lluvia
y tú ahí sigues sin paraguas
sin tu ropa, paseando
como una tarde de julio
pero con frío y tronando
¿se puede saber qué esperas?
¿que te mire y que te seque?
Que te vea y que me quede
tomando la luna juntos
la luna, tú y yo expectantes
a que pase algún cometa
o baje un platillo volante
y la playa llora y llora
y desde mi casa grito
que aunque pienso en abrazarte
que aunque pienso en ir contigo
el doctor me recomienda
que no me quite mi abrigo
que no esté ya más contigo
y yo no puedo negarme pues
el tipo soy yo mismo
estudié mientras dormías
y aún repaso las lecciones una a una
cada día
yo no puedo aconsejarte
ya es muy duro lo que llevo
dejemos que corra el aire
y digámonos adiós.

Aunque siga suspirando
por algo que no era cierto
me lo dicen en los bares
es algo que llevas dentro
que no dejas que te quieran
solo quieres que te abracen
y publicas que no tuve ni valor
para quedarme
yo rompí todas tu fotos
tu no dejas de llamarme
¿Quien no tiene valor para marcharse?
¿Quien no tiene valor para marcharse?
¿Quien no tiene el valor para marcharse?
¿Quien prefiere quedarse y aguantar?
¿Marcharse y aguantar?


       


Porque

Dime por que ramses,por que eres asi?
no lo se vale?
Quiza la vida sea una pregunta
y solo yo busque la respuestaDiecisiete años de vida mucho tiempo por delante
muchas cosas que cambiar,caminar siempre acia alante
me he portado mal con muchas personas
porque haciendo todo bien nunca nada me funciona
porque quiero ser feliz y nadie me ayuda a estarlo
porque cambiando de vida sigo hoy desconfiando
de la gente de todo lo que dicen
sera porque lo que cuentan en mi cabeza no existe
porque vivo
poque hemos de sufrir
porque nunca nadie me entiende
porque coño soy asi
porque me dejas si luego siempre pierdes
porque me quejo de todo
porque nunca tengo suerte como todos
nunca mereci nada y no lo tuve la verdad
aunque me parti la cara por tenerte
por estar a tu lado
porque portandome mal siempre tu me has ayudado
estoy cansado de vosotros de vuestra forma de ser
porque te fuiste tan lejos y volviste a aparecer
dando esperanzas dandome esa ilusion que con tan poco
esfuerzo obtuve
solo con mirar a vos lo tenia todo y nada me faltaba
en tu pecho este pulmon que sin aire respiraba
y lo sabia no me digas porque
solo se que aquel dia te fuiste
y que no lo entendere
porque me pasa a mi todo lo malo
porque amigos verdaderos
siempre prometen en vano no lo entiendo
la amistad de que sirve
si cualquier dia no estas
todo lo bueno se extingue
es invisible
para ciertas personas
no creais en el amor
porfavor nunca funciona

Porque todo
porque la vida es dura
porque no existe el amor
porque las cosas no duran
porque duelen , casi todos los golpes
porque es cierto y es verdad
que mi corazon se esconde
porque sigo
porque tantos porques
porque esa rosa que crecio
se marchito y volvio a crecer
porque lo intento si nunca lo consigo
porque fingo estar feliz
porque coño sigo vivo
porque la espera
que nos esperara
que alguien me diga mi futuro
que me diga que vendra despues de todo
un amargo sabor, una conciencia intranquila
fruto de aquel desamor
porque segui cuando nadie te espera
porque no acabar con todo y pensar de otra manera
que me expliquen, de que sirve la vida
porque vivir y morir
porque estabas confundida
no lo entiendo, pro mas que me pregunto
porque mi cama esta triste
y al recordar te rebusco en el pasado
algo que este en mi mente
algo que con ilusion me haga vivir el presente
que me saque de mi carcel y me de una explicacion
porque al escuchar tu nombre todo es de otro color
porque me muero y moriria por ti
porque al escribir esto en folios oigo a mi pecho latir
que sera todo, y cuando acabara
porque tantas promesas rotas que se curan de verdad
siempre se rompen se mandan al olvido
porque todo ya esta gris a pesar de lo vivido

Dime porque
porque todo
porque la vida es dura
porque no existe el amor
porque las cosas no duran
porque duelen , casi todos los golpes
porque es cierto y es verdad
que mi corazon se esconde
porque sigo
porque tantos porques
porque esa rosa que crecio
se marchito y volvio a crecer
porque lo intento si nunca lo consigo
porque fingo estar feliz
porque coño sigo vivo

Porque todo
porque la vida es dura
porque no existe el amor
porque las cosas no duran
porque duelen , casi todos los golpes
porque es cierto y es verdad
que mi corazon se esconde
porque sigo
porque tantos porques
porque esa rosa que crecio
se marchito y volvio a crecer…


Madrid

LOS PARAÍSOS DESIERTOS
Km. 0
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano
Madrid deshabitado como mi colchón
el verano en que me hice mayor
y ella que ya no llama
tanta ciudad y tan poco por hacer
gente que sueña su siesta y que
mira por la ventana
gente que miente por un trozo de calor
que reza por que pare el ascensor
atrapado contigo
madres que piden a sus hijos al nacer
buscando entre tus piernas lo que ayer
han dado por perdido
kilómetro cero
respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar
kilómetro cero
comienzo de los días que han de venir
la lluvia que se derrama por ti
bares en los que la calma y la cerveza
salvan nuestra vida y mi cabeza
soñando estar bajo tu ropa
promesas que se dicen en la cama
luces que se clavan en tu espalda
deja que yo te vista ahora
bajo unas ruedas mi mala sombra arrojaré
quizás así interprete ese papel
en el que soy tu abrigo
mujeres que quizás hoy no puedas pagar
cuestionan con sus labios la verdad
de que aún seguimos vivos
kilómetro cero
respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar
kilómetro cero
comienzo de los días que han de venir
la lluvia que se derrama por ti
kilómetro cero
respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar
kilómetro cero
comienzo de los días que vendrán
la calma que nos trae tu tempestad
© Obtu
© Obtu
© Obtu
 
 

angel gonzalez- las palabras inutiles

LAS PALABRAS INUTILES

Aborrezco este oficio algunas veces:

espía de palabras, busco,

busco

el término huidizo,

la expresión inestable

que signifique, exacta, lo que eres.

Inmóvil en la nada, al margen

de la vida (hundido

en un denso silencio sólo roto

por el batir oscuro de mi sangre),

busco,

busco aquellas palabras

que no existen

-quizá sirvan: delicia de tu cuello…-

que te acosan y mueren sin rozarte,

cuando lo que quisiera

es llegar a tu cuello

con mi boca

-…o acaso: increible sonrisa que he besado-,

subir hasta tu boca
con mis labios,
sujetar

con mis manos tu cabeza

y ver

allá en el fondo de tus ojos,

instantes antes de cerrar los míos,

paz verde y luz dormida,

claras sombras

-tal vez

fuera mejor decir: humo en la tarde,

borrosa música que llueve del otoño,

niebla que cae despacio sobre un valleavanzando

hacia mí,

girando,

penetrándome

hasta anegar mi pecho y levantar

mi corazón salvado, ileso, en vilo

sobre la leve espuma de la dicha.
 


Angel gonzalez- CIUDAD

 

CIUDAD

BRILLAN LAS COSAS.LOS TEJADOS CRECEN

SOBRE LAS COPAS DE LOS ARBOLES.

A PUNTO DE ROMPERSE,TENSAS,

LAS ELASTICAS CALLES.

AHI ESTAS TU: DEBAJO DE ESE CRUCE

DE METALICOS CABLES,

EN EL QUE CUAJA EL SOL COMO EN UN NIMBO

COMPLEMENTARIO DE TU IMAGEN.

RAPIDAS GOLONDRINAS AMENAZAN

FACHADAS IMPASIBLES. LOS CRISTALES

TRANSMITEN LUMINOSOS SECRETOS

MENSAJES.

TODO SON BREVES GESTOS, INVISIBLES

PARA LOS OJOS HABITUALES.

Y DE PRONTO, NO ESTAS. ADIOS, AMOR, ADIOS.

YA TE MARCHASTE.

NADA QUEDA DE TI. LA CIUDAD GIRA:

MOLINO EN EL QUE TODO SE DESHACE.









jamie cullum-everlasting love


katie melua- i cried for you


bunbury- infinito


no doubt- don´t speak


snow patrol-chasing cars


stacie orrico-strong enough


rosana

Ya te estoy recordando, Rosana,
aunque no te hayas ido,
y una estrella que brilla mañana
es lo que te he querido.
Ya te estoy recordando, elegida,
como un reo en la sombra
resucita el color de la vida,
lo acaricia y lo nombra.

Ni un centavo te cuesta este beso,
pues mi alma lo paga.
Sólo espero lo mismo por eso,
hasta el fin de la saga.
Cuando escriban la vida los buenos,
al fin vencedores,
se sabrá que no usamos veneno
como aroma de flores.

Brotará de la sangre ternura,
inocencia y espejos
donde irán a correr travesuras
nuevos niños y viejos.

Servirá de señal cada huella
de las horas felices.
Se sabrá tanto de las estrellas
como de cicatrices.

Y el camino que emprendas, Rosana,
será mejor a veces,
porque en otros momentos, cubana,
tú llorarás con creces.
Ya te vas. Yo me quedo y no atino
a saber qué ha pasado.
Sólo sé que, por causa o destino,
ya no estás a mi lado.

.aa8a3a0.bY AkerrA


EL REPARADOR DE SUEÑOS

Siempre llega el enanito
con sus herramientas
de aflojar los odios
de apretar amores.

Siempre, siempre, siempre
llega el enanito
siempre oreja adentro
con afán risueño
de enmendar lo roto.

Siempre apretando piedras de aquí
basura de allá
haciendo labor.
Siempre va
esta persona feliz
trocando lo sucio en oro.

Siempre
llega hasta el salón principal
donde está el motor
que mueve la luz
y siempre allí
hace su tarea mejor
el reparador de sueños
el reparador de sueños.
Siempre llega el enanito
hasta la persona
hasta todo el pueblo
hasta el Universo.

Siempre
apartando piedras de aquí
basura de allá
haciendo labor.

Mensagera de Shalery

Siempre va
esta persona feliz
trocando lo sucio en oro.

Siempre
llega hasta el salón principal..


Y MARIANA

Siempre hay quien quisiera ser distinto,
nadie está conforme con lo que le tocó.
El de edad quisiera ser un niño
y el rapaz se raspa sus pelusas en flor.

Los que nada tienen quieren algo,
los que tienen algo quieren todavía más.
Para pretender el mundo es largo,
para conformarse se inventado el jamás.

Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana, y Mariana,
y Mariana quiere ser canción.

La tolerancia es la pasión de los inquisidores.
El buen ladrón quisiera no tener que robar.
Le deben al silencio la voz los ruiseñores.
La eternidad no es más que un truco
para continuar.

La libertad sólo es visible para quien la labra
y en lo prohibido brilla astuta la tentación.
Nacer a veces mata y ser feliz desgarra.
¿A quién acusaremos cuando triunfe el amor?

Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana, y Mariana,
y Mariana quiere ser canción.
Y Mariana, y Mariana,
y Mariana quiere ser canción.


PABLO NERUDA

POEMA 1 Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito. POEMA 2 En su llama mortal la luz te envuelve. Absorta, pálida doliente, así situada contra las viejas hélices del crepúsculo que en torno a ti da vueltas. Muda, mi amiga, sola en lo solitario de esta hora de muertes y llena de las vidas del fuego, pura heredera del día destruido. Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro. De la noche las grandes raíces crecen de súbito desde tu alma, y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas, de modo que un pueblo pálido y azul de ti recién nacido se alimenta. Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava del círculo que en negro y dorado sucede: erguida, trata y logra una creación tan viva que sucumben sus flores, y llena es de tristeza. POEMA 3 Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose, lento juego de luces, campana solitaria, crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca, caracola terrestre, en ti la tierra canta! En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye como tú lo desees y hacia donde tú quieras. Márcame mi camino en tu arco de esperanza y soltaré en delirio mi bandada de flechas. En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla y tu silencio acosa mis horas perseguidas, y eres tú con tus brazos de piedra transparente donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida. Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla en el atardecer resonante y muriendo! Así en horas profundas sobre los campos he visto doblarse las espigas en la boca del viento. Pablo Neruda, 1924 POEMA 4 Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano. Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos. Innumerable corazón del viento latiendo sobre nuestro silencio enamorado. Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, como una lengua llena de guerras y de cantos. Viento que lleva en rápido robo la hojarasca y desvía las flechas latientes de los pájaros. Viento que la derriba en ola sin espuma y sustancia sin peso, y fuegos inclinados. Se rompe y se sumerge su volumen de besos combatido en la puerta del viento del verano. Pablo Neruda, 1924 POEMA 5 Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel ebrio para tus manos suaves como las uvas. Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. Ellas trepan así por las paredes húmedas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Ellas están huyendo de mi guarida oscura. Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas. El viento de la angustia aún las suele arrastrar. Huracanes de sueños aún a veces las tumban. Escuchas otras voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. Voy haciendo de todas un collar infinito para tus blancas manos, suaves como las uvas. Pablo Neruda, 1924 POEMA 6 Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma. En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Y las hojas caían en el agua de tu alma. Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía. Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma. Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: boina gris, voz de pájaro y corazón de casa hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas. Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. Hojas secas de otoño giraban en tu alma. Pablo Neruda, 1924 POEMA 7 Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes a tus ojos oceánicos. Allí se estira y arde en la más alta hoguera mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago. Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes que olean como el mar a la orilla de un faro. Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía, de tu mirada emerge a veces la costa del espanto. Inclinado en las tardes echo mis tristes redes a ese mar que sacude tus ojos oceánicos. Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas que centellean como mi alma cuando te amo. Galopa la noche en su yegua sombría desparramando espigas azules sobre el campo POEMA 8 Abeja blanca zumbas —ebria de miel— en mi alma y te tuerces en lentas espirales de humo. Soy el desesperado, la palabra sin ecos, el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo. Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última. En mi tierra desierta eres la última rosa. Ah silenciosa! Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche. Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. Tienes ojos profundos donde la noche alea. Frescos brazos de flor y regazo de rosa. Se parecen tus senos a los caracoles blancos. Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra. Ah silenciosa! He aquí la soledad de donde estás ausente. Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas. El agua anda descalza por las calles mojadas. De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas. Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma. Revives en el tiempo, delgada y silenciosa. Ah silenciosa! Pablo Neruda, 1924 POEMA 9 Ebrio de trementina y largos besos, estival, el velero de las rosas dirijo, torcido hacia la muerte del delgado día, cimentado en el sólido frenesí marino. Pálido y amarrado a mi agua devorante cruzo en el agrio olor del clima descubierto, aún vestido de gris y sonidos amargos, y una cimera triste de abandonada espuma. Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única, lunar, solar, ardiente y frío, repentino, dormido en la garganta de las afortunadas islas blancas y dulces como caderas frescas. Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos locamente cargado de eléctricas gestiones, de modo heroico dividido en sueños y embriagadoras rosas practicándose en mí. Aguas arriba, en medio de las olas externas, tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos como un pez infinitamente pegado a mi alma rápido y lento en la energía subceleste. Pablo Neruda, 1924 POEMA 10 Hemos perdido aun este crepúsculo. Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas mientras la noche azul caía sobre el mundo. He visto desde mi ventana la fiesta del poniente en los cerros lejanos. A veces como una moneda se encendía un pedazo de sol entre mis manos. Yo te recordaba con el alma apretada de esa tristeza que tú me conoces. Entonces, dónde estabas? Entre qué gentes? Diciendo qué palabras? Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana? Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, y como un perro herido rodó a mis pies mi capa. Siempre, siempre te alejas en las tardes hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas. Pablo Neruda, 1924 POEMA 12 Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. Es en ti la ilusión de cada día. Llegas como el rocío a las corolas. Socavas el horizonte con tu ausencia. Eternamente en fuga como la ola. He dicho que cantabas en el viento como los pinos y como los mástiles. Como ellos eres alta y taciturna. Y entristeces de pronto, como un viaje. Acogedora como un viejo camino. Te pueblan ecos y voces nostálgicas. Yo desperté y a veces emigran y huyen pájaros que dormían en tu alma. Pablo Neruda, 1924 POEMA 13 He ido marcando con cruces de fuego el atlas blanco de tu cuerpo. Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose. En ti, detrás de ti, temerosa, sedienta. Historias que contarte a la orilla del crepúsculo, muñeca triste y dulce, para que no estuvieras triste. Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre. El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal. Yo que viví en un puerto desde donde te amaba. La soledad cruzada de sueño y de silencio. Acorralado entre el mar y la tristeza. Callado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles. Entre los labios y la voz, algo se va muriendo. Algo con alas de pájaro, algo de angustia y de olvido. Así como las redes no retienen el agua. Muñeca mía, apenas quedan gotas temblando. Sin embargo, algo canta entre estas palabras fugaces. Algo canta, algo sube hasta mi ávida boca. Oh poder celebrarte con todas las palabras de alegría. Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco. Triste ternura mía, qué te haces de repente? Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío mi corazón se cierra como una flor nocturna. Pablo Neruda, 1924 POEMA 14 Juegas todos los días con la luz del universo. Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua. Eres más que esta blanca cabecita que aprieto como un racimo entre mis manos cada día. A nadie te pareces desde que yo te amo. Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas. Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur? Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías. De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada. El cielo es una red cuajada de peces sombríos. Aquí vienen a dar todos los vientos, todos. Se desviste la lluvia. Pasan huyendo los pájaros. El viento. El viento. Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres. El temporal arremolina hojas oscuras y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo. Tú estás aquí. Ah tú no huyes. Tú me responderás hasta el último grito. Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo. Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos. Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas, y tienes hasta los senos perfumados. Mientras el viento triste galopa matando mariposas yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela. Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí, a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan. Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes. Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote. Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado. Hasta te creo dueña del universo. Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos. Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos. Pablo Neruda, 1924 POEMA 15 Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. Pablo Neruda, 1924 POEMA 16 Paráfrasis a R. Tagore En mi cielo al crepúsculo eres como una nube y tu color y forma son como yo los quiero. Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces, y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el agrio vino mío es más dulce en tus labios: oh segadora de mi canción de atardecer, cómo te sienten mía mis sueños solitarios! Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo estanca como el agua tu mirada nocturna. En la red de mi música estás presa, amor mío, y mis redes de música son anchas como el cielo. Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. En tus ojos de luto comienza el país del sueño. Pablo Neruda, 1924 POEMA 17 Pensando, enredando sombras en la profunda soledad. Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie. Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas. Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba! Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías, molinero taciturno, se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad. Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa. Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti. Mi vida antes de nadie, mi áspera vida. El grito frente al mar, entre las piedras, corriendo libre, loco, en el vaho del mar. La furia triste, el grito, la soledad del mar. Desbocado, violento, estirado hacia el cielo. Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora. Incendio en el bosque! Arde en cruces azules. Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz. Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio. Y mi alma baila herida de virutas de fuego. Quien llama? Qué silencio poblado de ecos? Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad, hora mía entre todas! Bocina en que el viento pasa cantando. Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo. Sacudida de todas las raíces, asalto de todas las olas! Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma. Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad. Quién eres tú, quién eres? Pablo Neruda, 1924 POEMA 18 Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento. Fosforece la luna sobre las aguas errantes. Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes figuras. Una gaviota de plata se descuelga del ocaso. A veces una vela. Altas, altas estrellas. O la cruz negra de un barco. Solo. A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda. Suena, resuena el mar lejano. Este es un puerto. Aquí te amo. Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte. Te estoy amando aún entre estas frías cosas. A veces van mis besos en esos barcos graves, que corren por el mar hacia donde no llegan. Ya me veo olvidado como estas viejas anclas. Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde. Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta. Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante. Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos. Pero la noche llega y comienza a cantarme. La luna hace girar su rodaje de sueño. Me miran con tus ojos las estrellas más grandes. Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre. Pablo Neruda, 1924 POEMA 19 Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas, el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas, hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos y tu boca que tiene la sonrisa del agua. Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras de la negra melena, cuando estiras los brazos. Tú juegas con el sol como con un estero y él te deja en los ojos dos oscuros remansos. Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca. Todo de ti me aleja, como del mediodía. Eres la delirante juventud de la abeja, la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga. Mi corazón sombrío te busca, sin embargo, y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada. Mariposa morena dulce y definitiva como el trigal y el sol, la amapola y el agua. Pablo Neruda, 1924 POEMA 20 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Pablo Neruda, 1924 o código HTML


ALEJANDRA PIZARNIK

A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por los relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas en el canto de los helados campanarios. Ampáralo niña ciega de alma Ponle tus cabellos escarchados por el fuego Abrázalo pequeña estatua de terror. Señálale el mundo convulsionado a tus pies A tus pies donde mueren las golondrinas Tiritantes de pavor frente al futuro Dile que los suspiros del mar Humedecen las únicas palabras Por las que vale vivir. Pero ese instante sudoroso de nada Acurrucado en la cueva del destino Sin manos para decir nunca Sin manos para regalar mariposas A los niños muertos LA ENAMORADA esta lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra alejandra no lo niegues. hoy te miraste en el espejo y te fue triste estabas sola la luz rugía el aire cantaba pero tu amado no volvió enviarás mensajes sonreirás tremolarás tus manos así volverá tu amado tan amado oyes la demente sirena que lo robó el barco con barbas de espuma donde murieron las risas recuerdas el último abrazo oh nada de angustias ríe en el pañuelo llora a carcajadas pero cierra las puertas de tu rostro para que no digan luego que aquella mujer enamorada fuiste tú te remuerden los días te culpan las noches te duele la vida tanto tanto desesperada ¿adónde vas? desesperada ¡nada más! (Alejandra Pizarnik, de La última inocencia, 1956) SALVACIÓN Se fuga la isla Y la muchacha vuelve a escalar el viento y a descubrir la muerte del pájaro profeta Ahora es el fuego sometido Ahora es la carne la hoja la piedra perdidos en la fuente del tormento como el navegante en el horror de la civilación que purifica la caída de la noche Ahora la muchacha halla la máscara del infinito y rompe el muro de la poesía. LA JAULA Afuera hay sol. No es más que un sol pero los hombres lo miran y después cantan. Yo no sé del sol. Yo sé la melodía del ángel y el sermón caliente del último viento. Sé gritar hasta el alba cuando la muerte se posa desnuda en mi sombra. Yo lloro debajo de mi nombre. Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad bailan conmigo. Yo oculto clavos para escarnecer a mis sueños enfermos. Afuera hay sol. Yo me visto de cenizas. LEJANÍA Mi ser henchido de barcos blancos. Mi ser reventando sentires. Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos. Quiero destruir la picazón de tus pestañas. Quiero rehuir la inquietud de tus labios. Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas?